martes, 13 de noviembre de 2012

Cuando los gatos aún hablaban

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Hace mucho tiempo, cuando los gatos aún hablaban, ocurrió algo que nunca nadie pudo dar explicación.

En un pueblo cercano a un castillo, empezó un día a llover, a llover mucho, tanto llovía que las gentes tenían que trasladarse en barca para visitarse unos a otros, los caminos y carreteras parecías ríos, pero lo más impresionante era… que lo que llovía no era agua, sino… lentejas.


 Todo el mundo ponía sus ollas en el techo de las casas para recoger su comida, no había hambre, todo el mundo comía lentejas, ollas y ollas de lentejas todas las semanas. 

La gente de ese pueblo se puso muy fuerte, muy fuerte, tanto, que decidieron reunirse para intentar invadir el castillo porque en él vivía una planta carnívora que durante muchos años se había alimentado de los pajarillos y animalillos del pueblo que se acercaban por allí. La planta no era una planta cualquiera, era una planta gigante, una planta que había aprendido a andar con sus raíces y que era muy, muy mala. La gente del pueblo se reunió hasta que decidieron subir al castillo todos juntos.

 Cuando llegaron al castillo abrieron la puerta y se sorprendieron mucho con lo que se encontraron, porque la planta carnívora estaba muy viejita, tanto...que apenas podía mover sus hojas, ya no podía ni andar y hablando con ella, la planta hizo un trato con la gente del pueblo: ellos la cuidaban entre todos y ella les dejaba que los niños del pueblo fueran al castillo a disfrutar del parque de atracciones que tenía allí. 
Al final todos estaban muy contentos, porque la planta se volvió vegetariana y buena, estaba encantada de ver a los niños y niñas reírse por los pasillos del castillo y la gente del pueblo estaba muy feliz de ver que sus hijos disfrutaban en el inmenso castillo. 
Y colorín colorado esta historia se ha acabado.

Ana García Gat

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