martes, 13 de noviembre de 2012

EL SENTIDO DE LA AMISTAD

- Oliver, ha venido a verte tu amigo Luis.- le comentó Susana a su hijo.
- Dile que suba a mi habitación, por favor- contestó Oliver.
- Luis, dice Oliver que subas- comentó Susana.
- ¡Qué pasa tío! ¿Dónde te metes?- saludó Luis a su amigo.
- He estado estudiando porque hoy he tenido un examen de ciencias. Y por cierto, creo que no me ha salido del todo bien. ¿Y tú qué estás haciendo ahora? Desde que te fuiste del colegio no hemos vuelto a saber nada de ti.
- Pues me he mudado con mis padres a Barcelona. Mi padre se quedó sin trabajo y nos tuvimos que marchar y no me dio tiempo a despedirme.
- Nosotros te echamos mucho de menos aquí, el grupo no es lo mismo sin ti.- confirmó Oliver.
- Yo también os extraño, allí no tengo muchos amigos. – se entristeció Luis apreciándose algunas lágrimas en los ojos. Pero he venido precisamente a invitaros a una fiesta.
- ¿Una fiesta? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?- preguntó Oliver nervioso.
-Porque dentro de tres días…. susurró Luis. ¡Me operan! – gritó con alegría.
- ¿En serio? – preguntó asombrado Oliver.
- Por fin, podré volver a andar. He estado esperando este momento tanto tiempo… - expresó emocionado.
- ¡Qué alegría! – dijo Oliver dando saltos encima de la cama. Bueno pues entonces vamos a organizar esa fiesta, ¿te parece?
- Mira, había pensado invitar a los chicos y a dos o tres del cole: Bruno, Javi y Santi. Y a esa chica nueva… ¿cómo se llama?
- Sofía- se apresuró en contestar Oliver.
- Si, ella- Confirmó con una sonrisa en la cara.
- Mmmmm, - se mostró inquieto y dudoso Oliver.
- ¿Qué ocurre?- preguntó extrañado su amigo.
- ¿Te gusta?- preguntó Oliver pretendiendo que su respuesta no fuera un sí.
- La he visto sólo tres veces. Pero dicen que es guapísima y muy inteligente.

Ambos se quedaron dos minutos en silencio, intentando sacar otro tema de conversación.

- Bueno y ¿cuándo sería la fiesta?- preguntó Oliver intentando romper el hielo.
- Pues mañana por la tarde, a eso de las 5, en casa de mi abuela. Ella no está, a esa hora va a jugar al bingo con las amigas.
- Pues cuenta conmigo, allí estaré.


Al día siguiente, Oliver se fue a casa de la abuela de Luis un rato antes para ayudarlo con los preparativos de la fiesta.

- Hola, entra que estoy terminando de hacer las pizzas – dijo Luis arrastrando su silla hasta la cocina.
- Tengo que decirte algo sobre Sofía- fue diciendo Oliver hasta llegar a la cocina con cara de preocupación.
- Dime- contestó Luis deseando que su amigo le contara lo que le tenía tan preocupado.
- Ella….- sin poder terminar la frase rompió a llorar.
- Tranquilo amigo, cuéntame- lo consoló Luis.
- Un día fui, al colegio y como siempre, salimos al recreo y corriendo por el pasillo me choqué con ella, se resbaló y se cayó al suelo. Todos empezaron a reírse. Desde entonces no me lo ha perdonado, que todos se rieran de ella por mi culpa. A partir de ese momento, empezó a salir en el grupo y es la más popular de la pandilla. Pero ha conseguido ponerme en contra de todos nuestros amigos. Desde entonces, todos me dan la espalda y no quieren quedar conmigo. – relató Oliver con congojo.
- No te preocupes, porque hoy lo vamos a solucionar, voy a hablar con ella.

A las 5 empezaron a llegar amigos, sin dejar de sonar el timbre. Y todos fueron saludando a Luis con cariño y alegría. Tras la merienda, bajó la música y se puso en el centro del salón:

- En realidad he hecho esta fiesta para anunciaros algo. Es una buena noticia,¡¡¡ me operan!!! Y podré volver a andar.
- ¡Felicidades amigo, te lo mereces!- decían con sonrisas en las caras mientras lo abrazaban.


Tras las felicitaciones, Luis se dirigió a Sofía:

-No hemos hablado mucho en la fiesta- dijo él.
- Lo cierto es que no, pero que sepas que me alegro muchísimo por tu operación. Dijo ella con sinceridad en los ojos.
- Me gustaría contarte algo: desde que llegué a este pueblo, no todos me aceptaban debido a mi invalidez y un día me encontré con un chico viniendo del cole y mientras otros se reían de mí porque la silla se me quedó atascada en la calle, él vino corriendo a ayudarme y me defendió. ¿Sabes quién era ese chico?
- Oliver- respondió Sofía.
- Sí, yo también sé lo que es que otras personas se rían de ti. Por eso tenemos que confiar en nosotros mismos, querernos por encima de todo y así podremos querer a los demás. Sé lo que pasó ese día, y entiendo que te sintieras mal, sobre todo sabiendo que eres nueva aquí. Pero te aseguro que Oliver no lo hizo con mala intención y debes perdonarlo.
- Supongo que llevas razón, no debo hacer daño a una persona por algo que fue un accidente. Pero me duele que otros se rían de mí. Te confesaré algo: yo siempre he sido gordita y todos en mi antiguo colegio se reían de mí por eso, y nunca lo he llevado bien. Me puse en tratamiento y pude perder peso. Por eso, al llegar aquí por primera vez y me ocurrió eso, recordé lo mal que lo había pasado en el otro cole y no quería volver a pasar por lo mismo- contestó Sofía.
- Te entiendo, pero a veces hacemos pagar a personas inocentes todo nuestro dolor. Y ese es este caso- Reprendió Luis.
- Ella sin más, se acercó a Oliver y le dijo en el oído:
- Perdóname por todo lo mal que lo has pasado por mi culpa. Todo va a cambiar a partir de ahora. ¿Amigos?- dijo ella estrechándole su mano.
- Amigos- contestó él, estrechando la suya contra la de Sofía.

Realizado por:
María del Rocío Romero Fernández.

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