jueves, 22 de noviembre de 2012

¡Qué noche tan fantásica!


_ ¡Qué noche tan fantástica! Las estrellas brillan como nunca, comentó Alicia.
_ No te entretengas, debemos llegar cuanto antes a casa, sabes lo que puede suceder si nos retrasamos hermana_. Arón estaba angustiado no le gustaba andar por el bosque llegada las nueve de la noche.
¡CRACK!
¿Has escuchado ese ruido Arón? Parece que procede de aquellas rocas, te dije que debíamos esperar a que papá viniera por nosotros_. Exclamó algo enfadada Alicia.
La maleza se agitaba suavemente con la brisa del viento, algo se estaba moviendo en la oscuridad de la noche… ¿quién anda ahí? Preguntó Arón con voz asustada.
De nuevo un sonido… ¡CRACK ¡
Alicia apretó fuertemente la mano de Arón y se situó a su lado cual animalillo asustado.
¡Mira hermana! ¿Qué ven tus ojos? ¿Es lo que creo que es? Preguntó incrédulo Arón.
¡Sssuh¡ ¡no hagas ruido!, repuso Alicia.
Ante ellos, bajo la luz de las estrellas y la caída de la noche, un ser verde y diminuto se mostraba.



La pesadilla de Oriol


ORIOL: ¡Mamáaaa, mamiiiiii!!!!

MADRE: ¿Qué te pasa pequeño?

ORIOL: He tenido una pesadilla. He soñado con hadas, dragones y muchos bichos raros.

MADRE:¡Pero si no existen! No son reales.

ORIOL: Pues parecían tan de verdad que... El hada, mami, era como una luz brillante , como el sol del cielo, desprendía un olor fresco como a azahar y daba calorcito como la chimenea de la abuela.

MADRE: Bueno hijo, pues entonces… Eso es bueno ¿no?.

ORIOL:No, mami. De repente fueron apareciendo unos seres extraños y enormes que desprendían fuego por la boca. Su mirada desafiante me hacía sentir un miedo espantoso, me sentía pequeño, indefenso y no sabía a donde ir cuando se atascaban con sus enormes patas y afilados dientes.

MADRE: ¡Te dije que no vieses esa película de “monstruos depredadores”!
ORIOL: Si, mami, es que al principio, la película era muy divertida y no salían seres malos. Fue después, cuando empezó a salir un pulpo gigante de enormes tentáculos grisáceos que desprendían un moco pegajoso y un fuerte olor a huevo podrido. ¡No quiero ni recordarlo!



MADRE: Esta noche, ya verás como ser diferente, porque esta tarde vamos a ir a ver un bonito teatro de marionetas.

ORIOL: ¿Tú ya lo has visto, mami?

MADRE: Pues sí, lo he visto y verásSalen unos personajes muy simpáticos, cariñosos y tiernos como por ejemplo el gracioso duendecillo.

ORIOL : ¿Cómo es duendecillo?

MADRE : Es pequeñito, algo regordete, su cara es coloradita, se ve saludable. Creo, por lo menos me parece algo despistado o distraído y un poco ingenuo, pero también por otro lado es muy trabajador y minucioso con su trabajo.

ORIOL : Mami y ¿dónde vive?



MADRE: Vive en un bonito bosque rodeado de muchos seres fantásticos.
El bosque tiene un pequeño arroyo de agua fresca y cristalina..La pradera es de hierba de color verde intenso, parece como un tapiz, siempre huele a flores frescas y su aire es limpio y puro.

ORIOL: ¿Sabes mamá..? Estoy deseando ir a ese teatro.

FIN

Rosa Mª Fernández Martínez.
Lola Martínez Mejías.
Mª Jesús Sández González.


sábado, 17 de noviembre de 2012

La rosa solitaria

 Una mañana de primavera en un precioso jardin entre hierbas y maleza,apareció como salida de la nada una margarita. Era blanca como la nieve,sus pétalos parecían de terciopelo.

Los rayos de sol se reflejaban en su cara redondita que derrochaba alegría y felicidad al contemplar aquel precioso día; rodeada de tanta belleza y embriagada del perfume que desprendía la hierba mojada con el rocío de la mañana.

Miró a su alrededor y vió que no estaba sola,a su lado había una flor que estaba un poco triste.

_¡Hola!. ¿Cómo te llamas?.

_Mi nombre es Rosa, Rosa Solitaria

_¿Qué te ocurre?. Te veo un poco triste.

_Pues si,estoy triste porque no tengo amigos,además pienso que con estos pinchos que tengo por todo mi cuerpo nadie querrá estar a mi lado.

_No te preocupes,como estamos en primavera esto se llenará de flores y pronto tendrás un monton de amigos.

 Pasaron unos días y apareció por el jardín una preciosa niña que buscaba flores para llevárselas a su abuela,ya que era el día de su cumpleaños. al ver la rosa,le gustó tanto que la cogió y la rodeó de margaritas y amapolas, y así, preparó un precioso ramo.

 Su abuela al verlo le gustó tanto que lo colocó en el salón de su casa.Así es como acabó la rosa rodeada de amigos en el centro de un precioso jarrón.

Adoración Leiva.











martes, 13 de noviembre de 2012

Qué me pasa


Rosa, ¡no se lo que me pasa todas las mañanas!
- ¿Por qué, que te pasa?
- De repente me despierto, salgo de la cama medio dormida como todos los días, me lavo la cara, directamente me voy a preparar el desayuno a la cocina y…Plafff!!!! Entonces es cuando abro los ojos y me despierto, y miro a mi alrededor y estoy en mi habitación, en mi cama, y aún no ha sonado el despertador.

- ¿Cómo?
- Pues que al parecer todo ha sido un sueño, si no fuera porque….
- ¿Porque…qué?
- Pues porque me lleva ocurriendo tres días seguidos y lo mas extraño es que cuando me levanto de la cama y sigo los mismos pasos, lavarme la cara, ir a la cocina …Tachán!!!!… El desayuno está hecho, pero recién hecho, y todo está como en el sueño, la tostadora encima de la mesa, la mantequilla y mermelada abierta… yo me quedo de piedra cada vez que me ha pasado.

- ¿Se lo has dicho a alguien?
- No, Rosa, me tomarían por loca.
- ¿Ni a tus padres?
- Noooo, me dirían que es una de mis bromas.
- ¿Y si han sido ellos que han dejado el desayuno preparado?
- SSSSSShhhh…..Rosa, que viene el profe, calla.
- Vale, SSSShhhhh
- Ahora…, no pueden ser mis padres Rosa, porque ellos aun están en la cama, todo esto ocurre muy temprano, aun no han sonado los despertadores
- Que raro…
- Siii, muy raro
- SSSShhhh…otra vez viene…
- Rosa y Carmen, por favor, si no paráis de charlar os tendré que separar las mesas.
- Ya nos callamos maestro, ya nos callamos… Rosa, luego seguimos hablando.

Autora: Ana García Gat.


Cuando los gatos aún hablaban

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Hace mucho tiempo, cuando los gatos aún hablaban, ocurrió algo que nunca nadie pudo dar explicación.

En un pueblo cercano a un castillo, empezó un día a llover, a llover mucho, tanto llovía que las gentes tenían que trasladarse en barca para visitarse unos a otros, los caminos y carreteras parecías ríos, pero lo más impresionante era… que lo que llovía no era agua, sino… lentejas.


 Todo el mundo ponía sus ollas en el techo de las casas para recoger su comida, no había hambre, todo el mundo comía lentejas, ollas y ollas de lentejas todas las semanas. 

La gente de ese pueblo se puso muy fuerte, muy fuerte, tanto, que decidieron reunirse para intentar invadir el castillo porque en él vivía una planta carnívora que durante muchos años se había alimentado de los pajarillos y animalillos del pueblo que se acercaban por allí. La planta no era una planta cualquiera, era una planta gigante, una planta que había aprendido a andar con sus raíces y que era muy, muy mala. La gente del pueblo se reunió hasta que decidieron subir al castillo todos juntos.

 Cuando llegaron al castillo abrieron la puerta y se sorprendieron mucho con lo que se encontraron, porque la planta carnívora estaba muy viejita, tanto...que apenas podía mover sus hojas, ya no podía ni andar y hablando con ella, la planta hizo un trato con la gente del pueblo: ellos la cuidaban entre todos y ella les dejaba que los niños del pueblo fueran al castillo a disfrutar del parque de atracciones que tenía allí. 
Al final todos estaban muy contentos, porque la planta se volvió vegetariana y buena, estaba encantada de ver a los niños y niñas reírse por los pasillos del castillo y la gente del pueblo estaba muy feliz de ver que sus hijos disfrutaban en el inmenso castillo. 
Y colorín colorado esta historia se ha acabado.

Ana García Gat

EL SENTIDO DE LA AMISTAD

- Oliver, ha venido a verte tu amigo Luis.- le comentó Susana a su hijo.
- Dile que suba a mi habitación, por favor- contestó Oliver.
- Luis, dice Oliver que subas- comentó Susana.
- ¡Qué pasa tío! ¿Dónde te metes?- saludó Luis a su amigo.
- He estado estudiando porque hoy he tenido un examen de ciencias. Y por cierto, creo que no me ha salido del todo bien. ¿Y tú qué estás haciendo ahora? Desde que te fuiste del colegio no hemos vuelto a saber nada de ti.
- Pues me he mudado con mis padres a Barcelona. Mi padre se quedó sin trabajo y nos tuvimos que marchar y no me dio tiempo a despedirme.
- Nosotros te echamos mucho de menos aquí, el grupo no es lo mismo sin ti.- confirmó Oliver.
- Yo también os extraño, allí no tengo muchos amigos. – se entristeció Luis apreciándose algunas lágrimas en los ojos. Pero he venido precisamente a invitaros a una fiesta.
- ¿Una fiesta? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?- preguntó Oliver nervioso.
-Porque dentro de tres días…. susurró Luis. ¡Me operan! – gritó con alegría.
- ¿En serio? – preguntó asombrado Oliver.
- Por fin, podré volver a andar. He estado esperando este momento tanto tiempo… - expresó emocionado.
- ¡Qué alegría! – dijo Oliver dando saltos encima de la cama. Bueno pues entonces vamos a organizar esa fiesta, ¿te parece?
- Mira, había pensado invitar a los chicos y a dos o tres del cole: Bruno, Javi y Santi. Y a esa chica nueva… ¿cómo se llama?
- Sofía- se apresuró en contestar Oliver.
- Si, ella- Confirmó con una sonrisa en la cara.
- Mmmmm, - se mostró inquieto y dudoso Oliver.
- ¿Qué ocurre?- preguntó extrañado su amigo.
- ¿Te gusta?- preguntó Oliver pretendiendo que su respuesta no fuera un sí.
- La he visto sólo tres veces. Pero dicen que es guapísima y muy inteligente.

Ambos se quedaron dos minutos en silencio, intentando sacar otro tema de conversación.

- Bueno y ¿cuándo sería la fiesta?- preguntó Oliver intentando romper el hielo.
- Pues mañana por la tarde, a eso de las 5, en casa de mi abuela. Ella no está, a esa hora va a jugar al bingo con las amigas.
- Pues cuenta conmigo, allí estaré.


Al día siguiente, Oliver se fue a casa de la abuela de Luis un rato antes para ayudarlo con los preparativos de la fiesta.

- Hola, entra que estoy terminando de hacer las pizzas – dijo Luis arrastrando su silla hasta la cocina.
- Tengo que decirte algo sobre Sofía- fue diciendo Oliver hasta llegar a la cocina con cara de preocupación.
- Dime- contestó Luis deseando que su amigo le contara lo que le tenía tan preocupado.
- Ella….- sin poder terminar la frase rompió a llorar.
- Tranquilo amigo, cuéntame- lo consoló Luis.
- Un día fui, al colegio y como siempre, salimos al recreo y corriendo por el pasillo me choqué con ella, se resbaló y se cayó al suelo. Todos empezaron a reírse. Desde entonces no me lo ha perdonado, que todos se rieran de ella por mi culpa. A partir de ese momento, empezó a salir en el grupo y es la más popular de la pandilla. Pero ha conseguido ponerme en contra de todos nuestros amigos. Desde entonces, todos me dan la espalda y no quieren quedar conmigo. – relató Oliver con congojo.
- No te preocupes, porque hoy lo vamos a solucionar, voy a hablar con ella.

A las 5 empezaron a llegar amigos, sin dejar de sonar el timbre. Y todos fueron saludando a Luis con cariño y alegría. Tras la merienda, bajó la música y se puso en el centro del salón:

- En realidad he hecho esta fiesta para anunciaros algo. Es una buena noticia,¡¡¡ me operan!!! Y podré volver a andar.
- ¡Felicidades amigo, te lo mereces!- decían con sonrisas en las caras mientras lo abrazaban.


Tras las felicitaciones, Luis se dirigió a Sofía:

-No hemos hablado mucho en la fiesta- dijo él.
- Lo cierto es que no, pero que sepas que me alegro muchísimo por tu operación. Dijo ella con sinceridad en los ojos.
- Me gustaría contarte algo: desde que llegué a este pueblo, no todos me aceptaban debido a mi invalidez y un día me encontré con un chico viniendo del cole y mientras otros se reían de mí porque la silla se me quedó atascada en la calle, él vino corriendo a ayudarme y me defendió. ¿Sabes quién era ese chico?
- Oliver- respondió Sofía.
- Sí, yo también sé lo que es que otras personas se rían de ti. Por eso tenemos que confiar en nosotros mismos, querernos por encima de todo y así podremos querer a los demás. Sé lo que pasó ese día, y entiendo que te sintieras mal, sobre todo sabiendo que eres nueva aquí. Pero te aseguro que Oliver no lo hizo con mala intención y debes perdonarlo.
- Supongo que llevas razón, no debo hacer daño a una persona por algo que fue un accidente. Pero me duele que otros se rían de mí. Te confesaré algo: yo siempre he sido gordita y todos en mi antiguo colegio se reían de mí por eso, y nunca lo he llevado bien. Me puse en tratamiento y pude perder peso. Por eso, al llegar aquí por primera vez y me ocurrió eso, recordé lo mal que lo había pasado en el otro cole y no quería volver a pasar por lo mismo- contestó Sofía.
- Te entiendo, pero a veces hacemos pagar a personas inocentes todo nuestro dolor. Y ese es este caso- Reprendió Luis.
- Ella sin más, se acercó a Oliver y le dijo en el oído:
- Perdóname por todo lo mal que lo has pasado por mi culpa. Todo va a cambiar a partir de ahora. ¿Amigos?- dijo ella estrechándole su mano.
- Amigos- contestó él, estrechando la suya contra la de Sofía.

Realizado por:
María del Rocío Romero Fernández.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Tribilín.


El gatito Tribilín
es un gato muy sencillo
se pasea con su novia
por lo alto del castillo.

Al gatito Tribilín
no le gustan las lentejas
porque dice que prefiere
un buen plato de mollejas.

Y María, que es su dueña
tiene una gran afición
lleno de plantas carnívoras
tiene todito el balcón.

Con cariño para María.
No pierdas nunca la niña que aún vive en ti.

Egara Casanova:
Noviembre-2012

sábado, 10 de noviembre de 2012

Mi nueva clase.

Estaba allí con mi padre, en la puerta del que sería mi nuevo colegio, cuando una niña se acercó a mi.

- ¿Cómo te llamas ?
- Natalia, le contesté.
- Yo me llamo Malak.
- ¡ Qué raro !
- Es que mi padre es de Marruecos, mira de aquí. Y abrió una cartulina donde se podía ver un mapa de África y muchas fotografías. - Éste es el "Sajara" - dijo pronunciando muy fuerte la "j ". Ahora estamos estudiando los desiertos.

En ese momento, sonó el timbre y la vi desaparecer entre los demás niños.
Entramos, el director nos estaba esperando para acompañarnos a mi nueva clase.

Al llegar, vi a Malak sonriendo y justo a su lado un asiento vacío, allí fue donde me indicó la maestra que podía sentarme.
Otra niña de aquel grupo me preguntó:  ¿ Te gustan las plantas ? Sin darme tiempo a responder me dijo: Puedes traer una, para poner bonita la clase.
Fue en ese momento cuando me di cuenta que todas las ventanas que rodeaban la clase estaban llenas de macetas.

- ¿ Se habéis acordado de traer los trompos para jugar ? - preguntó la maestra.
Se acercó hasta mi - ¿Sabes jugar al trompo ?
- Un poquito, contesté.
Abrió la mano y dejó sobre mi mesa un trompo azul  brillante. - Te dejo el mío.

Dirigiéndose a toda la clase comentó, bueno vamos a comenzar, el primer equipo que exponga su trabajo de los desiertos.
Allí estaba Malak, con otros niños, hablando a una velocidad increíble.

Yo me fui tranquilizando mientras repetía en mi mente; una maestra que le gusta bailar el trompo, una maestra que le gusta bailar el trompo....

 Realizado por:
Egara Casanova,
Noviembre-2012

         

jueves, 8 de noviembre de 2012

Rosas y lentejas

 Hace mucho,mucho tiempo,en un pais muy lejano, vivia una princesa con su gato Peluso. A Peluso,como a todos los gatos,le gustaba mucho pasearse; por el castillo,por el jardin y de vez en cuando hacia alguna escapadita al pueblo cercano,pero a la princesa solo la dejaban pasear por el jardín,tenía terminantemente prohibido salir del castillo.

 Un día que Peluso hizo una de sus escapadas la princesa lo siguió y llegaron a un pueblo.Le sorprendió muchisimo todo lo que veía pero lo que más llamó su atención fue una floristería que tenía un escaparate precioso,con muchísimas flores de todos los colores. Al entrar sintió curiosidad por una de las plantas ya que nunca la habia visto, el dueño le indicó que era una planta carnivora, que la tenía allí porque era muy buena para ahuyentar a los insectos.

 Decidió comprar un gran ramo de rosas blancas,que era la flor preferida de su madre,ya que ese día le habia preparado su comida preferida ¡ lentejas con chorizo!.

 Mientras tanto,en el castillo,todos estaban desesperados buscandolos; pensando que les podía haber ocurrido algo.Los guardias habian recorrido el bosque sin encontrar nada, habian mirado en las acequias y en los pozos cercanos sin resultado.

Cuando llegaron al castillo, todos se pusieron muy contentos de verlos sanos y salvos. La reina le dijo a la princesa que no volviera nunca más a salir sin su permiso. Ella con lágrimas en los ojos, le pidió perdón y le entregó el precioso ramo de flores que habia comprado en la floristería del pueblo mientras el gato la miraba de reojo.
                                                                                               
                                                                                                  Adoración Leiva

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La historia del gato Renato


Había una vez un gato que se llamaba Renato, tenía una panza muy ancha, todos los días su dueño le preparaba una olla de lentejas muy hechas.

El gato Renato, vivía en lo alto de un gran castillo amarillo. Su dueño cuidaba con esmero el jardín del palacio, en él se encontraban las más bellas y exóticas plantas de todo el mundo y al castillo acudían viajeros de distintos reinos para poder admirar aquel precioso jardín.

            Cada día Renato paseaba por su oasis de vegetación después de comer su olla de lentejas.
Sucedió que un día halló la flor más hermosa allí plantada. Estaba rodeada de espinas y con pétalos color  añil, tenía dos grandes hojas verdes aterciopeladas que la protegían del viento y la lluvia.
            Renato como buen gato, curioso y juguetón, se acercó y la tocó. La planta carnívora de  su letargo despertó y al pobre Renato ni un suspiro se le escuchó, la hermosa planta de la que se enamoró de un solo mordisco se lo tragó.
Al día siguiente, el dueño de Renato, una olla de lentejas muy hechas le preparó, aunque para su sorpresa, el gato no acudió.
Pero… desde entonces y para siempre en aquel bello jardín podéis encontrar una hermosa y exótica planta con una peculiar forma de panza muy ancha.
TRIS, TRAS, PARA MAÑANA MÁS


Autora:
Eva Arias Borrego.
 

Las lentejas mágicas.


PERSONAJES:

Hada : Hierbabuena.
Niño : Pablo.
Ogro : Oculus.
Gato: Rastrero.

Había una vez hace mucho tiempo un bonito castillo donde vivía un hada madrina  llamada Hierbabuena  la cual cuidaba un niño llamado Pablo.

Pablo era un niño encantador, pero lo que más odiaba era comer guisos, sobretodo de lentejas.

Cerca del castillo  en lo alto de las colinas, en una vieja casucha, vivía Oculus un malvado Ogro  de un solo ojo, feo y agresivo el cual siempre iba acompañado de su fiel gato Rastrero, ambos  tenían  como principal objetivo apoderarse del bonito castillo.
 
Para  ello ideó un maléfico plan. Consistía en enviar una gran plaga de plantas carnívoras para así asustar a los habitantes del castillo.

Una oscura noche Pablo se despertó con un ruido que venía de la ventana, se levantó y fue corriendo para ver que ocurría y vio como se acercaban unas enormes plantas carnívoras de afilados dientes y ojos desencajados. Pablo comenzó a gritar y llamaba desesperadamente a Hierbabuena, al escucharlo esta fue corriendo hacía su habitación.

Al ver lo que ocurría Hierbabuena pensó en buscar en su libro de pócimas una receta mágica para así eliminar a las plantas carnívoras del ogro Oculus.

Mientras tanto el gato Rastrero informó a Oculus de que sus plantas estaban siendo todo un éxito.

El hada hierbabuena se pasó toda la noche cocinando el guiso mágico de lentejas. Una vez que estaba listo a Hierbabuena se le ocurrió darle a las lentejas forma humana para que las plantas pensaran que eran Pablo y tenderles una trampa y eliminarlas.

A la mañana siguiente, puso en marcha  a su plan y colocó las lentejas con forma humana en cada una de las puertas del castillo... Las plantas carnívoras cayeron en la trampa y fueron corriendo a comerse a Pablo y murieron fulminadas hasta que desaparecieron todas.

El gato Rastrero al ver lo ocurrido fue rápidamente a comunicarle a su amigo el ogro Oculus lo ocurrido, su plan había fracasado. Fue así como Oculus junto con su amigo Rastrero, decidieron abandonar para siempre el lugar.

Desde ese momento Pablo comprendió la importancia de comer lentejas habitualmente.



Autoras:

Mª Jesús Sández González.
Lola Martínez Mejías.
Rosa Mª Fernández.

EL RATÓN PÉREZ

- ¡Socorro mami!- grita Sara.
- ¿Qué te pasa cariño?- responde su mamá mientras se apresura hacia el dormitorio de la pequeña.
- Mi diente, se me ha caído mamá - dice Sara casi llorando.
- ¡Oh Sara! Eso es normal, cuando …-intenta explicar la madre.
- ¿Se ha puesto malito el diente mami?- interrumpe la niña.
-  No, cariño. Escúchame. Cuando nos hacemos mayores los dientes pequeños no nos sirven, se deben caer para que salgan otros dientes más grandes y fuertes- explica su mamá mientras Sara se va acurrucando otra vez en su cama.
- Pero mami, ¿Cómo voy a comer si se me caen todos los dientes?- preguntó Sara ya más relajada.
- Nena, es que todos los dientes no se caen a la vez, se caen de uno en uno- argumenta la mamá cubriendo el cuerpo de la pequeña con la sábana de su cama.
- Menos mal mami-interrumpió Sara cogiendo su botella de agua de la mesita de noche.
- Se caen de uno en uno para que podamos masticar con los demás. Además Sara, cada vez que se nos cae un diente, lo ponemos debajo de la almohada y viene el ratón Pérez a traernos un regalito- explicó la madre.
- ¿Qué mami? ¿Un ratón?- dijo la niña espabilándose un poco.
- Sí, el Ratón Pérez. Ya verás. Vamos a poner tu diente debajo de la almohada y si no hacemos mucho ruido, esta noche vendrá el Ratón Pérez  para dejarte una monedita o alguna cosita- comentó su mamá.
-  Pues mami, vamos a callarnos porque ya he escondido el diente y tengo sueño. Además, estoy deseando que sea mañana para ver que me ha traído el ratón- contestó la pequeña cerrando los ojos.
-  Je,je. Buenas noches, amor mío- se despidió la mamá mientras salía de la habitación.
- ¿Sabes mami? Me encantaría que mañana se me cayera otro diente, y pasado mañana y el otro, y el otro, y todos los días. ¡Buenas noches mami!- se despidió Sara con sus ojos ya cerrados.


                                                                     Realizado por: Mª Tamara Castilla Camacho

martes, 6 de noviembre de 2012

EL GATO QUE NO SABÍA AMAR

    Érase una vez, un gato llamado Ulises que vivía en un hermoso castillo a las afueras de París. Tenía todo lo que podía desear: joyas, comida, criados, etc... Pero para él no era suficiente porque carecía de lo más importante, el amor.
Ulises era déspota y desconsiderado, solía comportarse de forma grosera con todos los de su alrededor. Sin embargo, un día llegó una hechicera al castillo y le advirtió que si su actitud no cambiaba, sería víctima de un hechizo que lo condenaría a no conocer nunca el amor verdadero.

     En una casita en la ciudad vivía Coral, una gata de angora de pelo blanco y sedoso, con ojos grises y muy rasgados. Era la gata más deseada por todos los gatos distinguidos de la ciudad.

    Ella había estado casada y fruto de ese matrimonio habían tenido dos gatitos preciosos y muy traviesos. Sin embargo, Coral puso fin a su matrimonio porque no estaba realmente enamorada.

    Un día, tras salir Coral del trabajo, como siempre fue a comprar el pan y se dirigió a casa para almorzar con sus pequeños. Pero se tropezó con Poti, uno de los criados del señor Ulises. Ella no conocía a Ulises, pero el resto de la ciudad le temían muchísimo porque al ser un gato tan poderoso y tan malvado tenían miedo a que les hiciese algún daño.

    En el tropiezo, a Poti se le cayó algo del bolsillo pero él no se percató. Y la gata apuesta lo recogió, pero al darse la vuelta para devolvérselo a su dueño, ya éste había desaparecido. Era un anillo de compromiso. El malvado gato, tras el aviso de la hechicera, estaba enviándoles anillos de compromiso a todas las gatas con edad casadera y las invitaba a un baile que celebraría en su
castillo dentro de tres días y en ese baile escogería a la que sería su esposa.
Coral pudo leer en el interior del anillo una dirección grabada y al ver esa joya tan lujosa y de tal valor, decidió dirigirse a devolver el anillo a su propietario. Así que, emprendió el viaje en su caballo y cabalgó hasta llegar a las afueras de París. Al irse alejando de la ciudad y adentrándose en los alrededores del castillo, se asombró al ver un paisaje tan oscuro predominado por la niebla
y la oscuridad. No se oía nada, solo el movimiento de los árboles por el soplar del viento. Al llegar a la puerta, llamó y un criado le abrió lentamente no llegando a abrirla del todo, dejándola entreabierta:

-¿Qué desea?- preguntó el criado.
- Disculpe, hoy por casualidad encontré esto- dijo Coral mostrando el anillo.
El criado con una cara de temor, le dijo que se fuera, que ella no tenía nada que hacer allí.

    En ese momento, se escuchó desde el interior un gruñido que resonó en todo el castillo, era Ulises que se aproximaba a la puerta y le obligó a su criado a que hiciera entrar a la dama. Ésta tras pensárselo dos veces puso un pie dentro. Y al ver a ese enorme gato negro, con ojos oscuros y dientes muy afilados, se arrepintió de haber entrado. Él sin mediar palabra, la encerró en un calabozo. La preciosa gata, fue debilitándose, se le caía el pelo, se sentía demacrada, ... Eso sí, le decía a sus criados que no la dejaran sin comer, pero sólo podían darle lentejas.

    Al segundo día, la obligó a cenar con él. Y mandó a todos sus criados para que la arreglaran y prepararan para el evento. Ella muy enfadada y muy a su pesar asistió.

    Al bajar las escaleras, él no pudo dejar de mirarla, sus ojos desprendían amor y ternura. Ella no quiso ni dirigirle la mirada.

    Durante la cena él intentó romper el hielo, le pidió disculpas por haber sido tan grosero habiéndola dejado en el calabozo, pero ella se mantenía con la misma cara.

    Cuando acabaron de cenar. Ella dirigió su mirada hacia los ojos de Ulises, cambiando su semblante para decirle:

- Si realmente estás arrepentido demuéstramelo.

- ¿Cómo podría hacer que me creyeras? – contestó él.

- Déjame ir y volver con mis hijos _ suplicó ella.

    A él, se le rompió el corazón y sin más, la dejó en libertad. Pero antes, le dio el anillo y le dijo que se había llevado toda la vida buscando el verdadero amor y hoy lo había encontrado que él la esperaría eternamente. La gata sin parecer que esas palabras hicieran mella en su corazón se
dio media vuelta y se marchó.

    Al llegar a casa, le dio el abrazo más grande que le había dado nunca a sus hijos, los estrujó tanto que tuvo miedo de que hubieran dejado de respirar. Y todo fueron risas y felicidad esa noche.

    Pero al día siguiente, Coral no podía dejar de pensar en las palabras de Ulises, su corazón le decía que verdaderamente sus palabras eran sinceras. Y tras un deseo inexplicable de estar a su lado, decidió hacer las maletas y la de sus hijos. Y emprender camino para volver con su amado.

    Durante el viaje, cogieron por un atajo para acortar camino y en el suelo había un cartel caído que apenas se apreciaba “peligro”. Continuaron, y de repente escucharon un ruido seco y lejano. Todos se pararon sin saber qué hacer, ella sólo sabía abrazar y proteger a sus pequeños, pero el ruido cada vez se escuchaba más y más cerca.

- OHHH, no!!!!!!! Gritó Coral.

    Era una planta carnívora que se dirigía hacia ellos para engullirlos. La gata aterrorizada, cerró los ojos y abrazó fuertemente a sus hijos previendo que ese era el fin. Pero de entre los árboles apareció el gato con toda su furia y una espada de plata. Tras varios intentos acabó clavándosela y mató a la planta.
  
    Coral con lágrimas en los ojos, sólo pudo abrazarlo y besarlo.

    Todos volvieron al castillo, donde Ulises los sentó al lado del fuego, les ofreció un chocolate caliente y ella le explicó lo sucedido.

    Al día siguiente, Ulises suspendió el baile que estaba preparado y anunció su boda con Coral.

    Días después se casaron, fue una boda espléndida a la que asistió toda la burguesía parisina y de repente una mujer totalmente cubierta se acercó a él y le dijo al oído:

- Ves como todo se mueve por el corazón.

Relato realizado por:
María del Rocío Romero Fernández

lunes, 5 de noviembre de 2012

La princesa del Norte


Hace ya muchos años, en las frías tierras del Norte de Europa vivía una princesa.

La princesa pasaba sus días, contemplando el paisaje nevado, leyendo historias y mimando a su hermoso gato de pelaje gris y ojos claros como el cielo azul; también le gustaba observar el crepitar del fuego en la chimenea. Hacer punto era una de sus aficiones favoritas, ya le había hecho chalecos y bufandas a todas las personas que vivían en el castillo.

Porque la princesa vivía en un enorme castillo con sus padres, el rey Wilfredo y la reina Fredesbinda. El castillo estaba emplazado en una colina desde donde podía contemplarse gran parte del territorio circundante, gustaba la princesa de subir a la parte más alta de las murallas, el adarve, por allí se desplazaba por los muros del castillo y contemplaba el paisaje a través de las almenas.

Una tarde de invierno, mientras paseaba, se desató un viento gélido que hizo que la princesa enfermara.

Pasaron muchos días y a pesar del tratamiento que el médico prescribió a la princesa, ésta no mejoraba, su tos podía escucharse en todo el castillo.

Preocupados el rey Wilfredo y la reina Fredesbinda hicieron venir al castillo a un sabio que les anunció que la única solución para curar el mal que tenía la princesa, era ir a vivir a tierras cálidas.

Los reyes, deseosos de ver que la princesa curara, enviaron a su hija a tierras lejanas, acompañada del médico y personal del castillo.

Partió la princesa con gran pesar, de dejar a sus padres, pero no había otra solución.

Pasaron muchos días, hasta que por fin llegó. Lo primero que llamó su atención fue que no iba a vivir en un castillo, sino en una modesta casa hecha de madera y techo de palma, aquello le causó un gran impacto.

Aquel día se acostó sin haber visto nada de aquel nuevo lugar. Así transcurrieron los días y la pertinaz tos fue desapareciendo poco a poco.

Una mañana la princesa, se levantó con ganas de pasear decidida a conocer aquel lugar. ¡ Qué sorpresa se llevó ! Aquel paisaje le pareció el más hermoso que jamás hubiese visto. ¡ Qué decir de aquellos pájaros multicolores, de aquel pajarito chiquitín que brillaba al Sol igual que un arcoiris y movía sus alitas incansable !; y las mariposas, qué grandes y qué dibujos tan bonitos tenían sus alas.

Llegó hasta la playa, se sorprendió del color dorado de la arena y del azul turquí del mar. No pudo remediarlo; corrió hasta sus aguas; qué agradable sorpresa al comprobar que no estaba fría, pequeños peces de colores nadaban junto a ella.

¡Qué feliz se sintió! Continuó su paseo y comprobó lo variado de la vegetación, las palmeras altivas salpicaban todo el paisaje. Estaba contemplando unos árboles con flores, que parecían encendidos por el fuego preguntándose ¿cómo se llamarían ? cuando un joven pasó por allí.

Viendo éste con la curiosidad que observaba aquellos árboles, se acercó hasta ella y le preguntó:

          - ¿ Son hermosos..verdad? ¿ Sabéis cómo se llaman ?.
          - Lo desconozco - contestó la princesa, apenas sin voz.

Se había enamorado de aquel muchacho de piel tostada por el Sol y ojos negros, como una noche sin estrellas. Él también sentía latir con fuerza su corazón, al contemplar a aquella muchacha de ojos claros y cabellos dorados como el Sol.

          - Se llama flamboyán.

Desde aquel día, el muchacho se ofreció a enseñarle las bellezas de aquel lugar y ella aceptó con agrado. Daban grandes paseos y poco a poco surgió entre ambos el amor.

Hacía tiempo que la princesa no tenía noticias de sus padres, deseaba verlos y contarles todo lo que había conocido y lo enamorada que estaba, le daba mucha pena abandonar aquel lugar; el joven se ofreció a acompañarla.

Después de un largo viaje llegaron a las frías tierras del Norte de Europa y se encaminaron hasta el castillo, pero ¡ Qué grande fue su sorpresa al comprobar que éste estaba rodeado de unas enormes plantas carnívoras, que impedían el paso a quien osase entrar en el castillo!.

Preguntó a los habitantes de un pueblo cercano, ¿cómo había ocurrido ? Estos le contaron que el viento había traído estas semillas que crecieron de forma instantánea, sin poder hacer nada por impedirlo.

¡ Cuántas lágrimas derramó la princesa al saber que sus padres estaban dentro desde hacía meses, seguramente las provisiones ya se habrían acabado !.

De pronto, el joven tuvo una idea. Preguntó a la princesa ¿recuerdas que en mi país, apenas se come carne, pero la gente, está bien alimentada con legumbres: frijoles negros, colorados, pintos.

          - Es verdad, pero no entiendo por qué me cuentas eso ahora.
          - Verás, vamos al pueblo más cercano y te lo explicaré.

Se encaminaron al pueblo más cercano y allí todos conocían la historia de las plantas carnívoras que habían rodeado el castillo.

El joven les explicó, el plan que tenía para librarse de ellas, prepararían grandes ollas con lentejas ; que al tener muchas proteínas, seguramente les gustarían, echarían grandes dosis de somníferos y colocarían las ollas alrededor del castillo.

Asombrados todos, obedecieron al joven que mostraba tanta seguridad en aquel plan ayudándole a ponerlo en práctica. Muy grande fue la sorpresa de todos al comprobar lo que ocurría.

Las plantas carnívoras comenzaron a comer de las ollas de lentejas y poco a poco se fueron quedando profundamente dormidas; entre todos los habitantes del pueblo junto al joven fueron arrancando de raíz todas las plantas carnívoras e hicieron un gran fuego y las arrojaron en él y así desaparecieron para siempre.

Por fin pudieron entrar en el castillo, y los reyes recibieron con enorme alegría a su hija, que les presentó al joven del que se había enamorado, los reyes les dieron su permiso para casarse. Se casaron y fueron muy felices.

 
Realizado por :
Egara Casanova Ocaña
Noviembre-2012

domingo, 4 de noviembre de 2012


AL OLOR DE LA MORCILLA
Hace mucho, mucho tiempo, en un país demasiado lejano, iba cabalgando un joven y apuesto príncipe por el bosque con su fiel caballo Carflogon. Según contaba la leyenda, había un bosque cercano donde se hallaba un castillo abandonado en el que una planta carnívora había devorado a todas las personas que en él habitaban y,  desde hacía mucho tiempo, nadie osaba entrar.
De repente, justamente en el momento en el que el príncipe iba disfrutando más del paisaje, su compañero Carflogon se paró evitando así aplastar a un gato que se le había cruzado en su camino. Éste se asustó tanto que echó a correr lo más rápido que pudo, el caballo hizo exactamente lo mismo tras él. Inesperadamente, se adentraron en el denso bosque y divisaron un gran castillo descuidado. El aterrorizado gato no dudó en buscar cobijo en él y se deslizó entre la puerta. Muy despacio y cuidadosamente el príncipe también entró, fue en ese mismo instante cuando lo perdió de vista y fue consciente de que se hallaba en un castillo abandonado. Todo estaba sucio y descuidado pero parecía haber sido magnífico. Lo que más le sorprendió fue un cuadro enorme que había en la entradita del castillo, era un retrato de una princesa tan bella que no dudó en quitarle el polvo para ver bien su rostro. Se quedó embobado en esa imagen hasta que un fuerte maullido, lo volvió otra vez a sí mismo. Giró en dirección al sonido y salió corriendo por la puerta por donde había entrado. A pocos metros, una planta carnívora se comía al gato que había llevado al príncipe y a su amigo Carflogón hasta allí. El príncipe, sin pensarlo siquiera, sacó su espada y con un solo movimiento cortó el tallo de la planta carnívora. Repentinamente, el gato salió corriendo otra vez y el castillo cobró vida. El príncipe no podía creer lo que veía, el castillo sucio y abandonado se había convertido en un lugar bello y majestuoso lleno de personas que celebraban su retorno. Mientras lo contemplaba, fue sorprendido por una dulce voz, era la princesa del cuadro que venía a darle las gracias. El príncipe atónito sólo logró preguntarle por lo ocurrido. Ella, radiante de alegría y cautivada por los encantadores y brillantes ojos del príncipe, le explicó que un día cuando estaban todos en la mesa, justamente cuando los sirvientes apartaban los platos de lentejas, se rompió uno de los grandes cristales de los ventanales del comedor y entró una gran planta carnívora, que en un momento, se comió la gran morcilla de la cazuela y, no satisfecha, se fue comiendo uno a uno a todos los habitantes del castillo. También la princesa le confirmó que había sido él quien había devuelto la vida a todos ellos, al haber matado a la horrible planta. Por ello, el príncipe fue el gran protagonista de la fiesta que hicieron en el castillo, del que nunca jamás quiso salir porque al día siguiente, se casó con la princesa y, fueron siempre muy felices y comieron perdices.
No fue hasta cinco años después, cuando en el castillo se volvieron a hacer lentejas, aunque hubieron muchos que no las comieron nunca más en sus vidas, porque como dice el refrán: lentejas comida de viejas, el que quiere las come y el que no, las deja.
Relato realizado por: Mª Tamara Castilla Camacho   

martes, 30 de octubre de 2012

Jack O'Lantern.


El origen de las famosas calabazas talladas viene de una leyenda de origen celta (a caballo entre Irlanda y Escocia) sobre Jack "El Tacaño" (Stingy Jack en el original inglés), un granjero que engañaba y mentía a vecinos y amigos. Esta conducta le consiguió toda clase de enemistades pero también una reputación de persona tan malvada que rivalizaría con el mismísimo Satanás.
El Diablo, a quien llegó el rumor de tan negra alma, acudió a comprobar si efectivamente era un rival de semejante calibre. Disfrazado como un hombre normal acudió al pueblo de éste y se puso a beber con él durante largas horas, revelando su identidad tras ver que en efecto era un auténtico malvado. Cuando Lucifer le dijo que venía a llevárselo para pagar por sus pecados, Jack le pidió una ronda más juntos como última voluntad. El Diablo se lo concedió pero al ir a pagar ninguno de los dos tenía dinero, así que Jack retó a Lucifer a convertirse en una moneda para pagar la ronda y demostrar sus poderes. Satanás lo hizo, pero en lugar de pagar con la moneda Jack la metió en su bolsillo, donde llevaba un crucifijo de plata. Incapaz de salir de allí el Diablo ordenó al granjero que le dejara libre, pero Jack no lo haría a menos que prometiera volver al infierno para no molestarle durante un año.
Transcurrido ese tiempo, el Diablo apareció de nuevo en casa de Jack para llevárselo al inframundo pero de nuevo Jack pidió un último deseo, en este caso que el Diablo cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para así tener su última comida antes de su tormento. Lucifer accedió, pero cuando estaba en el árbol Jack talló una cruz en su tronco para que no pudiera escapar. En esta ocasión Jack le pidió no ser molestado en diez años, además de otra condición: que nunca pudiera reclamar su alma para el inframundo. Satanás accedió y Jack se vio libre de su amenaza.



Su destino no fue mejor, tras morir (mucho antes de esos diez años pactados), Jack se preparaba para ir al cielo pero fue detenido en las puertas de San Pedro, impidiéndosele el paso pues no podían aceptarle por su mala vida pasada, siendo enviado al Infierno. Para su desgracia allí tampoco podían aceptarlo debido al trato que había realizado con el Diablo, y éste le expulsó de su reino y le condenó a deambular por los caminos con un nabo hueco con un carbón ardiendo dentro como única luz que guiara su eterno vagar entre los reinos del bien y del mal. Con el paso del tiempo Jack el Tacaño fue conocido como Jack el de la Linterna o "Jack of the Lantern", nombre que se abrevió al definitivo "Jack O'Lantern". Esta es la razón de usar nabos (y más tarde calabazas, más fáciles de conseguir en EEUU) para alumbrar el camino a los difuntos en Halloween, y también el motivo de decorar las casas con estas figuras horrendas (para evitar que Jack llamara a la puerta de las casas y proponer Truco o trato).

¡¡Socorro!!


     ¡¡Ay, ay, ay, madre mía!! Por un descuido imperdonable, en el Castillo de los Gatos Bandoleros se ha producido una fuga de monstruos.

     ¡No, no! No vamos a solucionar nada echándole la culpa al gato carcelero, él jura y perjura que estuvo en su puesto, que no se movió de allí y que no perdió de vista las llaves de las mazmorras (aunque algunos sospechamos que se despistó porque tenía un cuento nuevo).

     La terrible realidad es que la ciudad está llena de monstruos y ¡tenemos que atraparlos!

     Estén atentos a cualquier pista, todo, insisto, todo, puede ser un indicio. Miren detrás de las puertas, debajo de las camas, dentro de las zapatillas, ¡cuidado cuando se pongan el pijama! Pueden estar en cualquier parte.

     Si ven algo sospechoso no duden en ponerse en contacto con el departamento de control de monstruos, en la calle espinitas de bacalao.

     Y si son tan valientes como dicen... ¿tal vez podrían ayudarnos a atraparlos?

     Atentamente.

    Gatito Rompedientes.
    Responsable de seguridad en el Castillo de los Gatos Bandoleros.