¡¡Ay, ay, ay, madre mía!! Por un
descuido imperdonable, en el Castillo de los Gatos Bandoleros se ha
producido una fuga de monstruos.
¡No, no! No vamos a solucionar nada
echándole la culpa al gato carcelero, él jura y perjura que estuvo
en su puesto, que no se movió de allí y que no perdió de vista las
llaves de las mazmorras (aunque algunos sospechamos que se despistó
porque tenía un cuento nuevo).
La terrible realidad es que la ciudad
está llena de monstruos y ¡tenemos que atraparlos!
Estén atentos a cualquier pista,
todo, insisto, todo, puede ser un indicio. Miren detrás de las
puertas, debajo de las camas, dentro de las zapatillas, ¡cuidado
cuando se pongan el pijama! Pueden estar en cualquier parte.
Si ven algo sospechoso no duden en
ponerse en contacto con el departamento de control de monstruos, en
la calle espinitas de bacalao.
Y si son tan valientes como dicen...
¿tal vez podrían ayudarnos a atraparlos?
Atentamente.
Gatito Rompedientes.
Responsable de seguridad en el
Castillo de los Gatos Bandoleros.
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